miércoles, 13 de agosto de 2008

De Vampirismos vampíricos y criaturas afines

Tema extraído de la quinta dimensión

Basado en el artículo original de J. O. Rossi

Se dice que el vampiro es libre, poderoso, pleno de sexualidad. Pero, ¿Como pensar en libertad, cuando estamos ante un ser condenado a vagar eternamente por la oscuridad?,

¿Como hablar de poder, cuando al vampiro lo mata la luz del sol, lo espanta el ajo y lo detiene el curso de un río, por pequeño y poco profundo que sea? ¿Qué lujuria puede brindar la frialdad de un no-muerto?

Y, sin embargo, el vampiro es libre, porque es blasfemo, es decir, porque transgrede el orden natural (el orden de Dios). El tiene sus propias leyes. Es poderoso, no solo por su mera fuerza, sino por su dominio de los demás animales y de los fenómenos naturales. Tiene el erotismo de todo lo prohibido, porque simboliza el instinto, ciego y desesperado, que busca saciar su apetito a cualquier costo.

Sin duda todos nos sentimos atraídos por ese lado sombrío. Cuando yo era muy chica, igual que muchos creía en Papá Noel, en los Reyes Magos y en Drácula como seres reales que en deterfinado momento cobraban vida y se hacían presentes.
Este asunto del vampiro, unido al simbolismo de la sangre, ha fascinado a muchas generaciones a lo largo de la historia. El tema fue abordado por la literatura desde muchos lados: El terror, el poder, la lujuria... son solo algunos de los distintos ángulos.

¿Por qué se da esa fascinación?

Los vampiros más antiguos aparecen en viejas leyendas hebreas como la de la demoniaca Lilith. En la literatura clásica, tanto griega como romana, el vampiro es retratado como un espectro deseoso de sangre. Estos primeros vampiros estaban lejos de parecerse a los actuales, pero establecieron las bases para que el mito crezca y madure.

En Europa abundan los señores de la noche. En Asturias los llamaban güaxas, en Cantabria, sacauntos. O aparecen el mulo, también llamado "vampiro gitano", el vurdalak, que reúne un conglomerado de características de seres fantásticos procedentes del Peloponeso, las striges, unas hermosas mujeres vampiro de cuya existencia se creía en la antigua Roma.

Rumania nos obsequia con el strigoi. Su nombre deriva de striga, (gritar) debido a los chillidos que se oyen cuando luchan entre si. La leyenda enseña que los strigoi pueden nacer en esa condición o haberse convertido una vez muertos. Los nacidos así tienen dos corazones y una cola recubierta de pelo que les confiere fuerza. Los "conversos" son mucho mas sádicos y maléficos. Además pueden transformarse en insectos o seres de la noche con asombrosa facilidad.

No debemos olvidarnos de los lemures, quienes también tuvieron su principio en la antigua Roma. Se creía que eran espíritus de los antepasados que, a veces, se convertían en vampiros y a los que solo se les podía apaciguar con complicados rituales.

Aclaremos algo: Aquí usamos la expresión vampiro en un sentido amplio, que no se limita a ese ser que sacia su hambre con la sangre de otro, sino que abarca a aquellos que se alimentan de otros seres vivos, sea chupándoles la sangre, la energía o comiéndoles partes del cuerpo, como el corazón. Así, el vampirismo termina confundiéndose con prácticas de canibalismo. Lo determinante del vampiro no es tanto el "procedimiento", sino la actitud, la finalidad perseguida por el vampiro: Apropiarse de la vida (el alma) de la víctima. Así, el vampiro posee y domina a ese ser. Esto suele producir un juego maléfico y fascinante entre dominador y dominado, un juego en el que, nuevamente, la libertad, el poder y la sexualidad están presentes.

En la literatura aparecen muchos ejemplos donde el deseo del vampiro de consumir la sangre (o la energía, o el alma) de su víctima, termina siendo correspondido por el deseo de la "víctima" de ofrendar ese preciado alimento, aunque eso implique su muerte.

Aristóteles, si no me equivoco, definió la tragedia como "el abismo que separa al deseo de la realidad". En ese sentido, las historias vampíricas son historias trágicas y el Drácula de Stoker o el Lestat de Rice son personajes trágicos, porque su eterna búsqueda nunca puede tener final. Vivir en la no-muerte es una "vida" trágica, una "vida" condenada a la eterna repetición del "ciclo vampírico", que podría describirse así:
Encontrar el alimento (un alma)-Obtenerlo (poseerlo, gozar de él)- Incorporarlo (chuparle toda la sangre o la energía o el alma a la víctima, que tradicionalmente se convierte en otro vampiro).

Pero eso nunca le basta al vampiro, quien tiene que comenzar el ciclo otra vez.

Detengámonos en esto: El vampiro "tiene" que comenzar el ciclo otra vez. No es algo que dependa de su voluntad. Debe hacerlo, por siempre, por más culpa que esto le pueda producir, (cuando le produce alguna).

Cuando reparamos en esto y lo comparamos con esas cosas, a veces inconfesables, que nosotros sentimos que "tenemos" que hacer (insisto, a pesar de la culpa que nos generen); podemos darnos cuenta del por qué de la extraordinaria fascinación que despierta el tema del vampiro. Todos somos un poco Dráculas, todos tenemos nuestros "ciclos vampíricos" y los conocemos (algunos más, otros menos). Por eso la identificación de millones de personas con estos personajes oscuros.

Todos tenemos una parte oscura.

Carl Gustav Jung, ese genial psicólogo que hablaba del inconsciente colectivo y de los arquetipos, llamó a esa parte oscura que habita en todos nosotros, "La Sombra". La Sombra es El Mal que habita en nosotros o, dicho en una forma menos poética y mucho más precisa, son todas esas cosas que nos gustan, pero que mantenemos escondidas (a veces hasta de nosotros mismos), porque no son aceptables en la fantástica sociedad en que vivimos.


Vampiros y Literatura

Drácula no fue la única muestra de literatura vampírica. A pesar de que durante el medievo , bajo la fuerte influencia del cristianismo, se trató de terminar con todo lo relacionado con el tema, el folklore y las historias sobre vampiros hicieron perdurar la leyenda a lo largo de siglos. Así, en pleno siglo de la razón se llegó a discutir, en muy cultas reuniones, sobre la existencia real de estos seres.

Posteriormente, la creciente exacerbación religiosa que acompañó al Romanticismo, hizo que muchos escritores alemanes se basasen en antiguos relatos , reales o no, para dar rienda suelta a su imaginación: El holandés Gérad Van Swieten, profesor de la Universidad de Viena y médico personal de la emperatriz María Teresa , escribió el "Informe médico sobre los vampiros" (1725).

Johann Wolfgang Von Goethe, escribió en 1797, la bella balada titulada "La novia de Corinto". En el mismo año, el poeta británico Samuel Taylor Coleridge compuso el poema Christabel, que también se basaba en el tema.

En 1818, Lord Byron y su grupo de amigos se reunieron, como una de tantas veces durante su veraneo a orillas del lago Lemán, y durante una inspirada velada nocturna, surgieron las ideas que darían lugar a las obras Frankenstein o el moderno Prometeo , y "El Vampiro", que aunque fue escrito por el doctor John William Polidori, fue publicado inicialmente, en 1819, por la revista New Monthly Magazine como una historia de Lord Byron. Sin duda Byron era en su época muy interesante para los potenciales lectores, pero Polidori nunca le llegó a perdonar por esta, que no fue más que otra de las humillaciones a las que lo tenía acostumbrado. En "El Vampiro", Polidori creó a Lord Ruthven, un vampiro aristocrático, enigmático y de gran éxito con las mujeres.

En 1840, James Malcom Rymer se descuelga con "Varney The Vampire or The Feast of Blood" (Varney el Vampiro o la Fiesta de la Sangre), donde el vampiro Francis Varney se divierte de lo lindo en medio de sangre, gritos, muertos y cosas por el estilo.

Hasta Charles de Baudelaire, en 1857, se le animó al tema, cuando escribió "Las metamorfosis del Vampiro".

Por su parte Joseph Sheridan LeFanu con "Carmilla", una novela corta con marcado carácter gótico escrita en 1872, fue una de las fuentes del Drácula de Stoker, y muchos consideran que literariamente es muy superior a éste. La vampira Carmilla acosará a la joven dama que le dio alojamiento en su castillo, configurando una curiosa historia de amor lésbico, donde lo que se insinúa resulta mucho más inquietante que lo que se dice. En alguna ocasión Stoker declaró que la lectura de "Carmilla" le había asombrado profundamente.

Guy de Maupassant, en "Le Horla" (1887), creó un vampiro invisible que cuando se manifiesta es una masa informe que bebe la vida de los seres humanos.

El prolífico Edgar Allan Poe atacó con "Berenice"; el ruso Tolstoi fue el autor de la escalofriante "La familia del Vurdalak" (1884) y Gogol, compatriota suyo , partiendo del folklore ucraniano desarrollo un precioso cuento llamado "El Viyí".

Tampoco podemos olvidarnos de "El Parásito", de Arthur Conan Doyle.

Entrando en el siglo XX podemos citar al relato de Robert Bloch, "El Vampiro Estelar" (1935) y su continuación "El Morador de las Tinieblas", de ese mismo año, escrita nada menos que por Howard Philips Lovecraft, como una suerte de devolución de atenciones.
Muchos años después, en 1975, aparece Salem`s Lot (La Hora del Vampiro o Las Brujas de Salem), de Stephen King.

Después vino el turno de Anne Rice. Nacida en Nueva Orleans en 1941 con el nombre de Howard Allen O'Brien, se casó con Stan Rice en 1961. En la primera novela sanguinolenta de Rice, "Entrevista con el vampiro" (1976, adaptada al cine en 1994, por Neil Jordan), un vampiro cuenta su vida introduciendo así al lector en la historia y la cultura de sus semejantes. Este libro es el comienzo de las Crónicas vampíricas, una saga que presenta un retrato compasivo de los vampiros como seres románticos que viven alejados de las convenciones sociales.

El resto de la serie está compuesta por Lestat el vampiro (1985), La reina de los condenados (1988), El ladrón de cuerpos (1992) y La voz del diablo (1995). El punto de vista de las novelas no es el de la víctima, sino el del vampiro. Los personajes de Rice buscan, a través de escenas muy plásticas, su propia identidad dentro de la subcultura vampírica, en la que el sexo y la muerte aparecen a menudo entrelazados. El homoerotismo, la inmoralidad, el ateísmo y la reflexión sobre la naturaleza esencial del bien y el mal están también presentes en las crónicas.

viernes, 30 de mayo de 2008

Listos para partir... o nos seguiremos muriendo.



Por y para Alejandra

En su propia voz... el hilo conductor








Tarea de vida o de muerte

jueves, 13 de diciembre de 2007

Matrix descargado vuelto a cargar


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DECLARACIÓN DE PROBIDAD



Matrix = Matriz... dentro de un matraz
...


Vengan todos a conocer el modelo heredado, el patrón adquirido, el sueño dorado


en la madri guera de la matrix recargada, revolucionada

A según las sanas costumbres del rebaño, las tradiciones de la jauría, los usos de la manada

Conoce al padre de tus sueños y a la madre de tus sueños, consíguelos por encargo

de paso conoces al hombre de tus sueños… y de refilón a la mujer de tus sueños

y dejas claro teniendo sexo, te declaran y te aclaran cuales el rollo, tu papel, tu rol bien hechor

la pareja de tus sueños que quizá nunca imaginaste, aquí la tienes acabada de soñar

el padre de tus hijos, la madre de tus hijos, la familia de tus sueños que nunca soñaste tener

te los trae gaspar, melchor o batazar

Aquí hay de todo, todo es de ensoñación y ensueños, de sueños soñados y otros por soñar

conozcan al hijo de sus sueños, a la hija de sus sueños, a los hijos soñados

Encuentren al padre de sus hijos el más sexy, el más apuesto, el más rico, el más galán

...viene recargado

No se extrañen de estas cosas extrañas, hay para todos los gustos, para todos los sueños
los mas raros , los mas extravagantes, hay para satisfacer todo tipo de excentricidades

hay blancos que perseguir, porque así es él, él mimado, el muy sexy soñador de sueños sueños reales dicen sin un real de realeza

hay chulos de ensueño que no tienen celos y son buenos en la cama

hay chatelas, jevas, parces, viejas, jañas, katiras con pompas impresionantes tal y como las soñaste

hay gay con closet y sin closet… lesbias negras y blancas y multicolor tal y como te soñaron

hay feos pero con abdominales fabulosos, rollizos y gruesos buenos para apapachar

mal hechos mal hechores dicen que para ellos no hay derechos

Sueñen que sueñan sus soñados sueños sus sueños dorados

al final de la declaración todos estarán emparentados... y se enterrarán en un

mismo funeral

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domingo, 15 de julio de 2007

Erzsébet Bathory: La Condesa Sangrienta



El caso de este personaje resulta verdaderamente interesante para la historia del crimen en serie, partiendo en un principio del hecho que sea una de las pocas mujeres que haya asesinado de una manera tan cruel... a cerca de 650 niñas.

Además de una perversión sádica y sexual, la Condesa Elizabeth Báthory sentía especial atracción por la sangre, y no sólo se contentaba de beberla, como es habitual en los llamados asesinos vampíricos, sino que se bañaba en ella con el fin de impedir que su piel envejeciese al paso de los años.
Nace en 1560 en el seno de una de las más ricas familias húngaras.
Si bien pertenecía a la más ilustre y distinguida aristocracia, siendo su primo Primer Ministro de Hungría, y su tío Rey de Polonia, también existen antecedentes esotéricos entre los miembros de su familia, como pueden ser un tío adorador de Satán y otros familiares adeptos a la magia negra o la alquimia, entre los que se puede contar a la propia Báthory, ya que desde su infancia había sido influida por las enseñanzas de una nodriza que se dedicaba a las prácticas brujeriles.

Cuando sólo contaba con 15 años se casa con un noble, el conde Nadasdy, gran guerrero conocido como "El Héroe Negro", y se van a vivir en un solitario castillo en los Cárpatos.
El conde no tarda en ser reclamado en una batalla, por lo que se ve obligado a dejar sola a Elizabeth por un tiempo.
Al cabo de muchos momentos en espera de su marido, ésta se aburre por el continuo aislamiento al que estaba sometida, y se fuga para mantener una relación con un joven noble al que las gentes del lugar denominaban "el vampiro" por su extraño aspecto. En breve regresa de nuevo al castillo y empieza a mantener relaciones lésbicas con dos de sus doncellas.
Desde ese momento, y para distraerse de las largas ausencias de su marido, comienza a interesarse sobremanera por el esoterismo, rodeándose de una siniestra corte de brujos, hechiceros y alquimistas.

A medida que pasaban los años, la belleza que la caracterizaba se iba degradando, y preocupada por su aspecto físico pide consejo a la vieja nodriza. Ésta, le indica que el poder de la sangre y los sacrificios humanos daban muy buenos resultados en los hechizos de magia negra, y le aconseja que si se bañaba con sangre de doncella, podría conservar su belleza indefinidamente...

En esa época, la Condesa tubo su primer hijo, al que siguieron tres más, y si bien su papel maternal le absorbía la mayor parte del tiempo, en el fondo de su mente seguían resonando las palabras tentadoras de la nodriza: "belleza eterna". Al principio intentó alejarlas de sí, posiblemente no por falta de deseo o valor, sino por temor a las consecuencias de cara a la aristocracia, pero años más tarde cuando su marido fallece no tarda en probar los placeres sugeridos por la bruja.

Al poco tiempo moriría su primera víctima: una joven sirvienta estaba peinando a la Condesa, cuando accidentalmente le dio un tirón. Ésta, en un ataque de ira le propinó tal bofetada que la sangre de la doncella salpicó su mano. Al mirar la mano manchada de sangre, creyó ver que parecía más suave y blanca que el resto de la piel, llegando a la conclusión que su vieja nodriza estaba en lo cierto y que la sangre rejuvenecía los tejidos. Con la certeza de que podría recuperar la belleza de su juventud y conservarla a pesar de sus casi cuarenta años, mandó que cortasen las venas de la aterrorizada sirvienta y que metiesen su sangre en una bañera para que pudiera bañarse en ella.

A partir de ese momento, los baños de sangre serían su gran obsesión, hasta el punto de recorrer los Cárpatos en carruaje acompañada por sus doncellas en busca de jóvenes hembras a quienes engañaban prometiéndoles un empleo como sirvientas en el castillo. Si la mentira no resultaba, se procedía al secuestro drogándolas o azotándolas hasta que eran sometidas a la fuerza. Una vez en el castillo, las víctimas eran encadenadas y acuchilladas en los fríos sótanos bien por un verdugo, un sirviente o por la propia Condesa, mientras las víctimas se desangraban y llenaban su bañera.
Una vez dentro de la pila, hacía que derramasen la sangre por todo su cuerpo, y al cabo de unos minutos, para que el tacto áspero de las toallas no frenase el poder de rejuvenecimiento de la sangre, ordenaba que un grupo de sirvientas elegidas por ella misma lamiesen su piel. Si estas mostraban repugnancia o recelo, las mandaba torturar hasta la muerte. Si por el contrario reaccionaban de forma favorable, la Condesa las recompensaba.

En algunas ocasiones, las víctimas que le parecían más sanas de mejor aspecto eran encerradas durante años en los sótanos para ir extrayendo pequeñas cantidades de sangre mediante incisiones afín que la dueña del castillo pudiera bebérsela.
Por otro lado, las calaveras y los huesos eran también aprovechados por los hechiceros del castillo, convencidos que sólo un sacrificio humano podía dar buenos resultados para realizar sus experimentos alquímicos.

Durante once años, los campesinos aterrados veían el carruaje negro con el emblema de la Condesa Báthory rastrear el pueblo en busca de jóvenes, que desaparecían misteriosamente dentro del castillo y que nunca volvían a salir.
Los cuerpos sin vida eran sepultados en las inmediaciones del castillo, hasta que finalmente, sea por pereza o descuido, tan sólo los arrojaban al campo para que las alimañas acabasen con ellos.

Algunos aldeanos no las tenían todas consigo por los gritos estremecedores que se oían salir del lugar, y se empezaron a extender rumores por todo el pueblo de que algo raro sucedía en el castillo.
Finalmente estos pueblerinos empiezan a rondar por las inmediaciones, en dónde se encuentran con los restos de más de una docena de cuerpos sin vida. Éstos armaron una revuelta insistiendo que el castillo estaba maldito y era además una residencia de vampiros, quejándose ante el propio soberano.
Atacar a una familia de poder en esa época era algo verdaderamente difícil, y sobre todo si como en este caso, el acusado además de ser una persona distinguida entre la nobleza tenía amigos igual de poderosos por todas partes. Por ese motivo, el emperador comienza por no prestar atención a las quejas de su pueblo, pero finalmente envía una tropa de soldados que irrumpen en el castillo en 1610.
Al entrar, los soldados encuentran en el gran salón del castillo un cuerpo pálido y desangrado de mujer en el suelo, otro aún con vida pero terriblemente torturada, que había sido pinchada con un objeto para extraerle la sangre, y una última ya muerta tras ser salvajemente azotada, desangrada y parcialmente quemada. En los alrededores del castillo, desentierran además otros cincuenta cadáveres.

En los calabozos, se encuentran a gran cantidad de niñas, jóvenes y mujeres aún en vida a pesar que algunos de ellos tenían señales de haber sido sangrados en numerosas ocasiones. Una vez éstos liberados, sorprenden a la Condesa y a algunos de sus brujos en una de las habitaciones del castillo en medio de uno de estos sangrientos rituales. Rápidamente son detenidos y conducidos a la prisión más cercana.
Los crímenes sádicos de Báthory habían durado aproximadamente diez años.

En el juicio, sobraban pruebas para condenar a Elizabeth Báthory culpable de los múltiples crímenes cometidos, pues no sólo se habían encontrado ochenta cadáveres sino que los guardias estaban de testigos para declarar que la habían visto matar con sus propios ojos.
Ésta confesaría haber asesinado junto con sus hechiceros y verdugos, a más de 600 jóvenes y haberse bañado en "ese fluido cálido y viscoso afín de conservar su hermosura y lozanía".
Le seducía el olor de la muerte, la tortura y las orgías lesbianas. Decía que todo lo mencionado poseía un "siniestro perfume". Sus cómplices fueron condenados culpables, unos decapitados y otros quemados en la hoguera.

Báthory, aún contando con el privilegio de pertenecer a la nobleza y ser amiga personal del rey Húngaro, fue condenada por éste mismo a una muerta lenta: la emparedaron en el dormitorio de su castillo, dejándole una pequeña ranura por la cual le daban algunos desperdicios como comida y un poco de agua. Murió a los cuatro años de permanecer en esa tumba, sin intentar comunicarse con nadie ni pronunciar la mínima palabra. Fue una especie de suicidio, de repente dejó de tocar alimento alguno y fallece en 1614 cuando contaba con 54 años.

Resulta curioso señalar un paralelismo entre esta mujer y otro vampiro histórico muy conocido: Gilles de Rais, pues aunque éste cometió sus crímenes dos siglos antes, procedían de manera muy similar: ambos pertenecían a la alta nobleza. Él era homosexual y ella lesbiana (de ahí que sus víctimas fuesen principalmente mujeres), y lo más sorprendente e inquietante es que tanto los sirvientes de uno como de otro participaban en los macabros baños de sangre.
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